“Nuestras Constituciones quieren que seamos hombres crucificados al mundo, para los que el mundo está crucificado: hombres nuevos, despojados de sus propios afectos para revestirse de Cristo; muertos a sí mismos para vivir para la justicia.”
P. Ribadeneira, SJ.
Prólogo de la primera edición de las Constituciones de la Compañía de Jesús.
Roma, 1559.
Que estas líneas escritas hace más de 450 años en referencia a las Constituciones de la Compañía nos alienten a continuar el camino que como jesuitas estamos llamados a seguir. Y que en estos tiempos de demagogia electoral podamos voltear la mirada para comprometernos a luchar por y con los crucificados de la violencia, los perseguidos, los despojados, los marginados… que podamos contagiarnos de esta ‘locura de cruz’ por la fe y la justicia.
Rodrigo Galindo nSJ
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