viernes, 8 de noviembre de 2013

Y FUE CONSOLADA POR DIOS

Por Elías Iván García Ríos nSJ
La vida es mucho más frágil y misteriosa de lo que imaginaba. El 22 de septiembre caminaba por el rancho, junto con Hugo (nSJ) y con Eliseo (candidato), cuando nos comunicaron que doña María había muerto hacía pocos instantes. La noticia me dejó helado porque una semana antes habíamos pasado a visitarla y además platicamos con su nuera, quien cuidaba de ella. Teníamos el plan de ir a visitarlas para ayudar y acompañar, sin embargo, María se adelantó a nuestros planes.
A propósito de la promesa que hace Jesús en la tercera Bienaventuranza: “Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados” (Mateo x,x). Les comparto un poco de lo que supe acerca de María. Ella tendría alrededor de 80 años, sabemos que le tocó una vida muy difícil porque sola sacó adelante a sus hijos; puso con mucho esfuerzo una tienda de abarrotes, ayudó a no pocas familia y les regalaba dulces a los niños, también fue muy entregada a las cosas de Dios. Parece que su enfermedad comenzó cuando hirieron a uno de sus hijos, quien murió en sus brazos; otro de ellos también falleció junto a ella, debido a una congestión alcohólica. A raíz de éstas tragedias su enfermedad se complicó, perdió el conocimiento y se tornó agresiva. María permaneció los últimos años de su vida postrada en cama, cada vez más tullida del cuerpo, pero su nuera, principalmente, y sus nietos, cuidaron de ella. Me parece que, el día en que se fue a la casa del Padre, la luz de María se encendió de manera permanente para quedarse al descubierto y así iluminarnos a todos los que la conocimos.

Los novicios anteriores la visitaron, pero a Hugo y a mí nos tocó despedirla. Estoy seguro que después de tanto sufrimiento, el consuelo total por fin la alcanzó. Seguramente las cortinas de la parálisis y los dolores de sus llagas se desvanecieron, lo que parecía marchito se transformó en la presencia del resucitado, porque vivió su lucha como una ofrenda llena de amor, se entregó en medio de la adversidad a sus hijos y ayudó a los que pudo. Bienaventurada eres María porque el consuelo de Dios llegó a ti, porque la soledad no será jamás tu compañera, porque todo lo que sufriste en vida no fue en vano, sino que se torna en luz para iluminar a tu familia y a todos los que queremos seguir a Cristo profundamente.  

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Una historia para ser contada: el rescate de la Primavera.

Por Gerardo Bárcenas Romero nSJ.

Como novicio de segundo año, de la Compañía de Jesús, realizo mi apostolado en el Cortijo, una ranchería cerca de Zapotiltic, al sur de Jalisco. En esta comunidad sucedió algo muy bello que me ha ayudado a reflexionar. Alguna autoridad de la comunidad deseaba talar una Primavera, que es un árbol enorme, lleva más de 60 años en la comunidad y está en el Jardín ¡seguro que a más de uno le ha brindado una buena sombra!
Quiero subrayar que las mujeres fueron las primeras en movilizarse y evitar que siguieran talando la Primavera. Poco a poco se acercó más gente que las apoyaba para evitar tal crimen, al final lograron impedir que fuera talada por completo, las personas empezaron las demandas contra quienes resultaran responsables; además la comunidad se sintió muy orgullosa de lo que logró hacer unida.
Entiendo que salvar un árbol puede parecer una cosa pequeña, pero ¿acaso será este el inicio para poder pensar en los agroquímicos, en el desperdicio del agua, o en el simple hecho de tirar o quemar basura, y de muchas otras cosas que afectan a nuestra tierra? Es un tema abierto del cual confío que la comunidad podrá ir reflexionando y también nosotros; tengo claro que las personas que más sufren el cambio climático son las personas más pobres y a la vez son las que menos contaminan y que menos desperdician, pero todos tenemos parte en el cuidado de nuestra tierra.

Es tiempo de ponernos a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza. Recordemos que Dios se nos revela en ella de un modo especial. Por ejemplo, en la "Contemplación para Alcanzar Amor" de los Ejercicios Espirituales, San Ignacio nos invita a contemplar: mirar cómo Dios habita en las criaturas, en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales sensando, en los hombres dando entender [EE. 235]. Esto nos ayuda a entender nuestra relación directa con el cosmos y con su Creador.

El asunto no se resolverá si sólo nos enfocamos a cuidar plantas y animales. El problema se podrá enfrentar a medida que cambie nuestra mirada sobre la ecología; que no sea sólo por imagen, porque está de moda o porque se escucha bien, sino que nuestro espíritu caiga en la cuenta de una verdadera y sana relación con todo lo creado. Esto nos animará a dar testimonio y a salir de la apatía, del desinterés y de la comodidad, porque ser cuidador de la naturaleza es más que buscar el reconocimiento de los otros. Lo que nos toca como cristianos es "cargar nuestra cruz" haciendo algo por la naturaleza, creo que así podremos salir de la mediocridad y del consumismo que tanto ha dañado a nuestro mundo y a los que lo habitan. Termino esta reflexión con las palabras de B. Powell, fundador de los Scouts, que me hacen pensar que mi estancia en la tierra tiene un propósito así de grande: “Dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos”.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Basigochito

Por Sergio Treviño Barrios nSJ

Hace poco más de un año, me encontraba caminando por veredas junto a dos rarámuri, Lázaro y Rosenda, camino al rancho de Borachique en la Sierra Tarahumara, Chihuahua. Ir con ellos fue la primera y también la última actividad que realicé durante mi prenoviciado en Samachique.
Salimos de Samachique rumbo a Borachique temprano por la mañana. Yo iba lleno de ilusiones y felicidad, no sabía lo que en el camino me esperaba. El Señor me fue impresionando con los paisajes, los cultivos de maíz, la alegría de Lázaro y Rosenda, la belleza de Dios en todo y en todos. La historia anhelada para un prenovicio soñador como yo: el superhéroe caminando en la misión. Parecía el día perfecto hasta que ya no pude seguir caminando. De regreso a Samachique me iba deteniendo cada 5 minutos, Lázaro y Rosenda se preocuparon, pero por mi orgullo no les decía que ya no podía más. Llega un punto en el que el cuerpo se rinde y no queda nada más que el espíritu. Mi cuerpo se rindió, mi ideal del superhéroe se rompió y aquí la realidad me tocó. Lázaro con ese cariño y sinceridad tan particular, se me acercó y como un hermano a otro, aunque llevábamos horas de conocernos, me dijo “wériga” que significa: no te rindas. Después llegamos a Samachique, ese día confirmé mi vocación que es acompañar, fui consolado por un encuentro con Dios en el rostro y palabras de los rarámuri, y recibí la invitación a seguir caminando con la confianza puesta en Dios.

Lázaro y Rosenda, a partir de ese día se convirtieron en mis acompañantes en la vida, en la vocación y en el prenoviciado. No tengo suficientes palabras para agradecerles todo lo que vivimos, pues reímos, discutimos, fuimos a fiestas y tomamos juntos teswino. En nuestro corazón siempre estará Basigochito, el letrero que está 5 minutos antes de entrar a Samachique. Basigochito son las lágrimas de consolación por llegar a la meta de todos los días, la confianza en Dios y en nuestros pasos. Así que para mí este lugar es donde empecé y terminé el prenoviciado, y es el recuerdo de una alegría de profundo amor y agradecimiento a aquellos para quienes es mi vocación. Déjate impresionar por el Señor. Matetera ba (Gracias).



viernes, 1 de noviembre de 2013

Ciudad de los Niños del Padre Cuellar

Por Miguel Angel Cuanalo Gómez nSJ.

Lugar de prenoviciado: Ciudad de los Niños del Padre Cuellar

 Me siento profundamente agradecido por haber vivido el prenoviciado en la Ciudad de Niños. En este lugar fui testigo del esfuerzo realizado por niños, bienhechores, colaboradores y jesuitas que dan testimonio de la esperanza en otro mundo posible. El resultado de este esfuerzo se traduce en talleres, escuela, áreas recreativas y áreas de formación, llenas de vida por la presencia de niños y jóvenes a quienes la Compañía de Jesús se sabe llamada a servir. Aquí llegué con una búsqueda vocacional en mente, y ahí fue donde pude darle respuesta: en el encuentro con la vida de niños que crecieron en un entorno de dolor, escasez y sufrimiento, consecuencias de la marginación social y económica de nuestro mundo. De tal forma que a la luz de la fe vi con especial brillo sus sonrisas en el comedor, sus esfuerzos en los estudios, y su sensibilidad ante el dolor del otro que sufre. Mi vida no ha sido igual después de haber sido testigo de la valentía de nuestros niños que luchan por la vida en un medio adverso, lo que ha dejado una marca honda en mi corazón. Me doy cuenta que sus historias y sus búsquedas se volvieron mías y las propias se convirtieron en las de ellos. Así se entrecruzaron nuestras historias y búsquedas para hacernos testigos de la actuación de la gracia desde nuestros límites. Esta experiencia sigue siendo motivo de gozo y esperanza dentro del noviciado donde voy dando respuesta a esta invitación del Dios de la vida para probarme en el seguimiento de Jesús bajo el carisma de su “mínima Compañía”. No cabe duda que el dejarse conducir con un sentido de vulnerabilidad conlleva gracia, experimentamos que a pesar de nuestros esfuerzos Él tiene la última palabra, que está más allá nuestro mal social y personal.

miércoles, 30 de octubre de 2013

RECONCILIACIÓN CON LA CREACIÓN .-Contemplación

Por Gillermo Medina Guerrero nSJ

Según los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (EE N° 46, 47, 53, 75)

La Tierra se queja y reclama la reconciliación con la creación”.

Preparación para el encuentro: A uno o dos pasos del lugar donde debo contemplar, me pongo de pie, por el tiempo de un Padre Nuestro. Alzado el entendimiento arriba, considero cómo Dios nuestro Creador me mira… y hago un acto de fe y humildad.

Oración Preparatoria: Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean ordenadas al servicio de Dios nuestro Creador, de tal manera que pueda expresar plenamente el amor en el cuidado de los otros y de la creación.

Fruto: Conocimiento interno de tanto bien recibido para que pueda en todo amar y servir a Dios nuestro Creador.

Composición del lugar: Ver cómo me encuentro delante de Dios Nuestro Creador; contemplar la creación y descubrir en ella al Creador: habitando en todas las criaturas y trabajando por nosotros en
cada realidad concreta, así como en el conjunto de la historia.

Contemplación de la Palabra:
Cuando terminó de crear la tierra y las diferentes formas de vida, el Creador expresó su admiración y asombro ante su creación: “Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno” (Génesis 1, 31). “Y bendijo todo. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, a fin de que lo guardara y cultivara. Mientras dure la tierra no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche”(Génesis 8,22). Estas fueron las primeras palabras de Dios a Noé una vez que las aguas del diluvio se habían retirado y Dios había devuelto la vida a la devastada tierra.

Coloquio: Así como un amigo habla a otro amigo, dirigirme a nuestro Padre-Creador y agradecerle, con mis palabras, su acción en el mundo, y pedirle con la invitación en el corazón de ser su colaborador que podamos como humanos restablecer relaciones armónicas con el Creador, con los otros, especialmente con los más frágiles y con la creación.

Oración Final: Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Tu me lo diste, a Ti Señor lo torno, todo es tuyo, dispón a toda tu voluntad, dame tu amor y tu gracia,que ésta me basta . (EE. N°234)

LEMA:
Seamos “custodios” de la creación, custodios del plan de Dios inscrito en la naturaleza, custodios unos de otros y, todos juntos, custodios del medio ambiente”. (Papa Francisco)



ECO-VIERNES, CREANDO CONCIENCIA.

Por Elías Iván García Rios nSJ.
Ese día, 20 de septiembre, la “comisión ecológica” del noviciado se sumó a la necesidad mundial de tomar consciencia sobre el cuidado del medio ambiente desde esta casa de formación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. Para empezar vimos dos videos: “La Historia de las Cosas” y “La Isla de las Flores”, con ellos reflexionamos sobre nuestra manera de consumir y de relacionarnos con el medio ambiente y las cosas, que están dentro de una economía de mercado que destruye al planeta y nos destruye a nosotros, deshumanizándonos.
Por otro lado, el mercado ha propuesto que la “moda ecológica” es lo de hoy, pero en el fondo no se rompe con las dinámicas de las necesidades creadas, seguimos comprando lo mismo sólo que "ecológico", es decir seguimos siendo consumistas con el mismo nivel de vida que el planeta ya no puede sostener. Hay dos modos de relacionarnos con el planeta tierra, el primero es verla como objeto, donde pago por las cosas y ya, esto tiene que ver con la moda y mi confort; el segundo modo es verla como un sujeto, es decir "amar a la tierra como madre", ser conscientes que está muriendo, pero aun así nos sigue alimentando y dando vida.
Como seres humanos, cristianos y religiosos, debemos cuestionar nuestro estilo de vida, por lo que, desde hace tiempo, el noviciado procura:
  • En los baños
    • En las regaderas usar cubeta ecológica que capte el agua fría.
    • Separar la basura.
    • Cortar jabones.
    • Marcar rastrillos y cepillos de dientes.
    • En lavabos usar agua fría.
    • Repartir shampoo en pequeñas botellas.
    • Usar poco detergente para lavar pisos y W.C.
  • En la cocina
    • Separar basura (plástico, vidrio, latas y composta).
    • Recolectar aceites quemados.
    • Poco detergente para lavar loza.
  • Los carros
    • Uso mínimo.
    • No usar manguera para lavarlos.
  • Los aparatos electrónicos
    • Apagar los monitores.
    • Desconectar enchufes por las noches.
  • Utilizar hojas recicladas y escribir por ambos lados.
  • Para la despensa
    • Llevar bolsas de casa.
    • Comprar productos nacionales y locales.
  • Ser conscientes en las mudas de ropa.


Finalmente, las verdades parciales que propone la política neoliberal no apuntan hacia un desarrollo sustentable que tome en cuenta a los más pobres, quienes son los más afectados; por tanto como religiosos queremos vivir de manera austera en solidaridad con ellos. Además queremos poner de manifiesto que la ecología tiene que ver con una nueva forma de relacionarnos con las cosas, porque vemos a un Dios íntimamente relacionado con su creación. De ahí que “ser guardianes unos de otros y todos del mundo” nos hace preguntarnos cada día: ¿cómo vivo sustentablemente y cuido la creación de Dios?

lunes, 1 de julio de 2013

El rebelde de la Compañía, San Luís Gonzaga




Por Juan Antonio Olvera Nava nSJ.

Luís Gonzaga, el patrono de los jóvenes, fue un muchacho que se adentró en las vicisitudes de su propia época en medio del contexto familiar y social. En su vida decidió determinarse y decir no a lo que parecía se le iba a imponer: arriesgado, sincero, crítico, estructurado, acertado y a la vez, cercano y amoroso. Este santo nos lleva a entender por qué la Iglesia lo ha declarado patrono de la juventud y más ahora en la época de cambios y laceraciones humanas que nos invita a preguntarnos sobre nuestra respuesta que damos a lo que nos lastima de nuestra realidad. Luís nos demuestra que la fuerza y vida juvenil es capaz de transformar corazones y mover consciencias en más fe y justicia.

Para entender el talante de este hombre es necesario que echemos una mirada a la cuna que lo vio nacer y hacerse santo. Nació el 9 de marzo de 1568 en el Palacio de Castiglione, cerca de Mantua, en Lombardía, Italia. Su padre Fernando Gonzaga el marqués de Castellon estaba orgulloso de su primogénito Luís pues sería el heredero de su dignidad y además de la historia familiar, que según el P. Horacio Botero, era muy complicada. Sus antepasados fueron guerreros en las cortes de España y con ello todos los honores, placeres y beneficios que les traían por sus dignidades. Incluso el mismo Luís fue paje Juana de Austria, hija del Emperador Fernando I. En estos ambientes en los que vivió, conoció y se movió, fue encontrando rechazo a las conductas afectivas y sexuales, también en los grandes banquetes y pomposos vestidos donde no encontraba sentido a su vida.

Después de servir a la corte fue llamado por sus padres a su hogar, ahí comenzó a enseñar catecismo y 'algunas cosas de fe' que aprendió mientras vivía con los reyes. Por medio de esta acción dijo que quería ser misionero como San Francisco,Xavier del que había conocido algunas cartas que escribía desde la India donde conoció a la naciente Compañía. Algo más significativo de él es que su primera Comunión y una plática con el Cardenal San Carlos Borromeo, después de esto su vida quedó impregnada por su centralidad en la Eucaristía.

Conocemos a San Luís Gonzaga principalmente por su 'voto de castidad' que realizó a los diez años, a lo que se añade la gran pureza y perfección de vida, que no se niega sino al contrario se confirma, pero tiene un sentido más hondo. Este jovencito poseía un 'don', un 'carisma' que le hacía percibir lo dañado, que rompe con la dinámica del amor y reaccionar ante ello con gran ímpetu y búsqueda de una restauración, como lo hizo con su voto. Si Luís fue casto y perfecto en su vida evangélica no fue únicamente por su propia mortificación o salvación de su persona, sino también por decir no a lo que el mundo presenta como más placentero, más fácil, con mayor recompensa; representó con esto el proyecto de Jesús, el sí a la libertad, solidaridad, igualdad.

Para ver con mayor claridad la fuerza de Gonzaga, narraremos un pequeño hecho en el que cuestiona al príncipe Diego de España y que demuestra su rebeldía con toda causa: un día el príncipe Diego se encontraba irritado por un viento frío, gritó con indignación de pequeño tirano: “Viento, te ordeno que te vayas”. Luís no se contuvo: “Vuestra Alteza puede mandar a los hombres, pero el viento obedece a Dios el cual también debe obedecer Vuestra Alteza”. En esto demuestra su conciencia de humano, limitado, que no se opone a la voluntad de Dios y que denuncia a quiénes se sienten 'dioses' para dominar.

Este 'carácter rebelde' que demuestra Luís es el que resalto y que lleva a la juventud a verlo como patrono, pues tuvo que tomar fuerza y enfrentar a su padre que no le permitía su ingreso a la Compañía de Jesús pues era el primogénito y en quien había puesto la dignidad de la familia. Con esfuerzos y de una manera impactante logró hacer entender a su padre que el Señor lo llamaba como jesuita y que sería ahí donde realizaría su vida. No tardó mucho en llegar al noviciado y comenzar sus estudios como escolar, donde trabajando cercano a los apestados de la época contrajo la enfermedad y murió. Llegó al final abrazando a los enfermos 'deseando ocupar su lugar' para mitigar sus dolores.
Luís Gonzaga durante sus estudios realizó distintas misiones, escribió cartas, animó jóvenes y escuchaba a todo el que se le acercaba, pero debemos ver lo que logró demostrar no sólo con sus discursos y experiencias sino con toda su vida que tiene fundamento en el [101] de las constituciones de la Compañía. Este número dice que quien entre en ella “aborrezca todo y no en parte todo lo que el mundo quiere y abraza [...] así como vestir la misma vestidura y librea de Cristo”, así lo hizo el joven escolar, decir no al mundo y encararlo en su pecado, para conducirlo a la libertad de Dios, de Jesús que nos renueva la esperanza de un mundo mejor.

Los invito a que nos preguntemos ¿qué tan determinado soy para decir no a aquello que sé me daña pero lo hago por gusto o por miedo? ¿qué tanto defiendo la igualdad, la justicia, la libertad de los demás y la mía? ¿realmente me esfuerzo por vivir mejor, más libre; o me conformo con la comodidad de no meterme en problemas? A los jóvenes también los llamo a preguntarse ¿qué tanto defiendo aquello que deseo y que sé está acorde con un proyecto de solidaridad y libertad? Luís en su época lo hizo, hoy seguramente lo hacen muchos más, ¿y tú?

viernes, 28 de junio de 2013

Dios trabaja en el área de Oncología


Por Gerardo Bárcenas Romero nSJ.

Soy Gerardo Bárcenas Romero, novicio de la Compañía de Jesús, después del mes de EE, mi destino fue el Hospital Civil de la Ciudad de Guadalajara. Debo decir que a mí nunca me gustaron los hospitales, me deprimían y siempre hacia lo posible para evitarlos. Cuando me enteré de mi nueva misión sabía que ahora debería encontrar a Dios en todas las cosas y encontrarlo amando. Esta realidad donde lo debería de encontrar me parecía difícil.
Mi servicio principalmente fue en Oncología, me costó al principio poder entrar a la dinámica porque no sabía qué decir o qué hacer, pero me deje llevar así me acerque y las cosas empezaron a fluir. Me fui encontrado con jóvenes tristes porque la promesa de una vida futura se va estancado por el cáncer. Adultos preocupados por no dejar a sus familiares, viejitos luchando por vivir al igual que todos. Muchos de ellos son personas realmente pobres que no pueden pagar las quimioterapias, sufren los estragos de un deficiente sistema de salud tanto que se hacen invisibles para la lógica opresora del mundo.
La muerte estuvo presente muchas veces era el pan de cada día, la vida desde ahí se ve muy frágil, ahora estamos, mañana quién sabe. Es nuestra condición de creatura; la pregunta era obvia ¿dónde está Dios aquí? Conforme avance en la experiencia me di cuenta de cómo Dios actúa de una forma especial en esta área, Lo hace continuamente en la transfiguración, es decir, la vida se asume de un modo distinto, se entiende que el cáncer no desaparecerá de la noche a la mañana. Se aprende a vivir con él, como la transfiguración de Jesús: cuando parecía que había fracasado, los discípulos no entendían, la gente no respondía y parecía que el Reino de Dios no llegaría; Jesús asume su humillación, su fracaso y Dios lo transfigura, le marca el camino. Dios no es un privilegio para no pasar por el dolor, sino es el llamado a entregar la propia vida voluntariamente. Esta experiencia hace asumir a la cruz.

La cruz del cáncer exige cambios drásticos, ya no se puede hacer las mismas cosas, incluso cosas sencillas como tomar el sol, lo triste es cuando se experimenta que la vida empieza a apagarse. La experiencia de Dios en las personas que viven con alguna enfermedad crónica va formando la firmeza, de que estamos en manos de Dios y que en mejores manos no podemos estar. Entonces la transfiguración no es solo un acto maravilloso, sino es una señal en el camino, que nos dice que el hombre está aquí para ser “feliz y pleno” dejando atrás el fracaso, la muerte y la enfermedad. El ser feliz cobra su significado más profundo: no solo es la emoción de sentirse bien, sino el ser realmente bueno, es decir, estar bien con Dios, con el mundo, con los otros y consigo mismo; el ser pleno es experimentar el término de la vida asumiendo lo bueno y lo malo de la vida.

Las personas en el área de oncología, pacientes y familiares, van asumiendo poco a poco que somos creaturas, que somos temporales y por lo tanto se asume la vida tal cual con sus goces y sufrimientos, con la certeza de que Dios lucha de nuestro lado, no nos quitará el dolor o el sufrimiento, pero si nos enseñará a vivir con nuestro mal. La muerte, el dolor, el sufrimiento y la enfermedad no tienen la última palabra, es Dios quien la tiene. “Vengan a mí que mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Dios también trasfiguró mi visión de un hospital, ya no solo veo dolor y sufrimiento; también veo a un Dios que trabaja dando paz a los corazones de sus hijos enfermos, no los abandona, esta siempre con ellos, sufriendo a su lado y amándolos hasta el extremo. Mostrándonos que solo se tiene una vida, si la guardamos se pierde de todas maneras, es mejor darla, es lo que nos enseño Jesús, a entregar la vida, siendo buenos y plenos.  

lunes, 24 de junio de 2013

Cuando el Evangelio se Hace Vida



Por Francisco Rocha Camacho nSJ.
Desde muy pequeño he escuchado la frase “el Evangelio se hace vida” pero nunca le había encontrado significado. De niño creía que, si me portaba bien, Jesús se me iba aparecer, ya en la adolescencia comencé a cuestionarme todo lo relacionado a la fe y a base de razonamientos llegue a la conclusión de que el Evangelio era una historia ‘medio rara’ pero con un mensaje que nos invita a ser mejores personas.
Durante mi pasada experiencia de peregrinación estuve trabajando en un almacén de residuos peligrosos. Fue muy gratificante descubrir que la amistad y el cariño se dan en donde menos te lo imaginas. Ahí en medio de los residuos de las maquilas, mis compañeros de trabajo me regalaron su amistad.
Comencé la experiencia muy animado, pendiente de ver dónde y cómo trabaja Dios a diario, pero la rutina, además del cansancio; me hicieron caer en las dinámicas deshumanizantes, monótonas y anti-comunitarias de la sociedad actual. Recuerdo que los primeros días de trabajo lo que más me importaba era acercarme a mis compañeros conocerlos, compartir, en fin entablar una relación. Pero el ánimo duro poco, sin darme cuenta ya estaba inmerso en el egoísmo, buscando ser mejor para asegurar mi trabajo o incluso para subir de puesto. Esto me llevo a alejarme de los demás caer en envidias, enviciarme con la monotonía, incluso perder el sentido de la experiencia.
Fueron mis compañeros de trabajo los que me ayudaron a darme cuenta que, sin querer, me había convertido en un robot: frio, calculador, competitivo, buscando sólo mi beneficio, preocupado sólo por cumplir el trabajo. Con su amistad y cariño me convertí en persona de nuevo, me aceptaron tal cual soy a pesar de mi egoísmo y competencia del cual fueron víctimas.
Recuerdo a Rubén que preocupado por mi bienestar, me prestaba su equipo de seguridad y con mucha paciencia me explicaba cómo usarlo incluso me enseño a reconocer cuáles residuos eran peligrosos y cuáles no. ‘El Franky’, que me regalaba su mascarilla contra el polvo cuando me tocaba barrer (la empresa sólo nos daba una y él sabía que yo soy alérgico al polvo). Cómo olvidar ‘al Rafita’, el guardia de la entrada, sus frases de ánimo por la mañana o al salir del trabajo. Por supuesto no podía dejar de mencionar al ‘Malandro’, el buen Miguel, con él se dio una amistad muy padre a base de pura ‘carrilla’. Estoy seguro que quien nos veía en el trabajo pensaba: - Estos dos se caen gordos- pero en realidad así nos demostrábamos aprecio. Él, me enseño a manejar el montacargas, cuando me daba mis “clases”, recordaba a mi papá enseñándome a manejar ¡Me tenía mucha paciencia! como sólo un papá puede tener.
El Evangelio de Mateo nos dice: “Ustedes son la sal de la tierra” (Mt 5; 13) y así lo experimenté porque ellos fueron los que dieron sabor a la experiencia, las horas extras se pasaron como agua, el trabajo se hizo ligero, compartimos, nos conocimos y reímos juntos. No cabe duda que la amistad es un regalo, ¡Nunca sabes en dónde se te va dar!
Los últimos días en Tijuana estuve recordando la experiencia vivida y que tocaba su fin, me vino a la mente el Evangelio de Marcos: “Les aseguro que todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mí y por la Buena Noticia ha de recibir en esta vida cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madre” (Mc10; 29-30). Así me cayó el veinte y caí en la cuenta que desde el inicio del proceso vocacional, hace 2 años y medio, he ido conociendo gente muy diversa pero muy valiosa, personas que me han abierto su casa, su vida, que han compartido su techo, su comida; pero sobre todo me han regalado su amistad. La búsqueda de la vocación me ha llevado a varios lugares, en todos el Padre me ha regalado hermanos y hermanas, padres y madres pero sobre todo amigos. No me cabe duda que el Evangelio se me ha hecho vida

viernes, 21 de junio de 2013

Pobreza y experiencia de Dios



Por Rodrigo García Farías nSJ.

La bienaventuranza que trata este número del Fabro, Bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos, se refiere a que el Reino de los Cielos es poseído por los pobres. ¿Qué es ser pobre? Trataré de compartir con ustedes lo que he ido comprendiendo a este respecto a lo largo de este año en el noviciado.

El Reino de Dios es un deseo por el que Jesús luchó toda su vida por construirlo, comprendió que para llevarlo a cabo necesitaba poner su vida en función de la voluntad de Dios, es decir, hacer lo que Dios quería y para ello era necesario primeramente una actitud básica de confianza para dejarse guiar por Él. Llegó a ella poco a poco tras haber tenido una experiencia confirmación en el Jordán cuando lo bautizaron, después lo llevó al desierto donde también lo tentó el maligno y posteriormente el encuentro con la gente. A través del tiempo fue generando un vínculo fuerte con su Padre y asumió con agrado el papel de Hijo.

Así es nuestra relación con Jesús, primero tenemos un encuentro con Él, esto es la experiencia, luego valoramos lo que sucedió en ese encuentro (que tanto y cómo tocó el Señor nuestra persona). Entonces volvemos a regresar a Jesús para nuevos encuentros, ahí construimos un vínculo entre nuestra persona y Él con aquello que nos es significativo, más adelante construimos la amistad y este proceso va dando la confianza.

Pero ¿Que tiene que ver todo esto con la pobreza? La pobreza que refiere la bienaventuranza no es sólo la carencia de medios de subsistencia, sino que además se refiere a una actitud por parte de quien quiere, se interesa o se siente invitado por el mensaje de Jesús. Esto es fundamentalmente relativizar cualquier cosa: dinero, coche, casa, ropa, fama, estima, riquezas, todo lo que uno puede llegar a desear honestamente. Pero antes, siendo honestos, nadie suelta algo que tiene valor si no es por algo o alguien más valioso, es decir, tuvimos que haber tenido una experiencia auténtica, honda, suficiente, convincente; de comprensión de la persona del señor Jesús, que haya tocado nuestros afectos y nuestra parte profunda que nos mueva hacia algún lugar.

Entonces, necesitamos de la experiencia de Dios para volvernos pobres, pasar por un proceso de conversión, es decir, valorar más a Jesús y su compañía que cualquier otra cosa. ¿Para qué? Para asimilar la profundidad de su mensaje, sumarnos a su plan de vida para la humanidad, con los medios a nuestro alcance para que todos tengamos una vida digna, por que somos hijos de un mismo Padre, por que somos hermanos, por que Dios mismo nos envió a Jesús como hermano.

Después de este recorrido vemos que ser pobre es aprender a ser hijos, confiar en Jesús, reconocer a nuestros hermanos, sobre todo los más necesitados. También es tener esperanza, dejarnos impactar por el la experiencia del amor de Dios, dejar que nos transforme, que nos de fuerza, ponernos en sus manos. Por supuesto que esto se vive en pequeños espacios hoy en nuestro mundo, pero algún día crecerá mucho más, es por ello que estamos en construcción del mundo que Dios quiere. Pidamos a Nuestra Señora nos ponga en la presencia de su hijo, para vivir la propia experiencia con Jesús, que transforme nuestro corazón, y podamos sentir la gratuidad de tanto bien recibido

martes, 18 de junio de 2013

“Bienaventurados los pobres...”



Por Elías Iván García Ríos nSJ.
Son muchas las experiencias que van tocando el corazón del novicio que discierne su vocación, el apostolado de fin de semana en los ranchos es uno de los lugares privilegiados que tiene el noviciado par el encuentro con Jesús, pobre y humilde, presente en la historia de las personas. Es por eso que en esta ocasión les quiero compartir uno de tantos acontecimientos que me ha dejado con la boca abierta, pero con el corazón lleno de agradecimiento, todo inflamado en amor por el Creador y Señor de la vida, como diría san Ignacio de Loyola.
Hace algunas semanas me encontraba en la comunidad de Soyatlán de la Hacienda visitando a las familias, como solemos hacer los novicios para tener contacto cercano con ellas. Durante mi recorrido llegué a la casa de Don Fidel Torres, hombre de edad avanzada, 96 años aproximadamente, que vive en situación de soledad, en una casa muy pequeña de lámina galvanizada. Me paré frente a su puerta y lancé un grito de saludo, al poco rato me di cuenta que alguien andaba en la parte trasera, por lo que busqué el mejor ángulo y entonces lo vi, ¡allí estaba! sentado en cuclillas o 'amonado' como suelen decir en el rancho, con un huango o casanga limpiando un terreno en una cuesta. En ese instante me llegó una gran alegría que me lanzó a cruzar el alambrado para ir a su encuentro, tan pronto como estuve frente a él lo saludé con gran emoción por volverlo a ver, entablamos un diálogo sobre la intensión de su trabajo y me puse a arrancar la hierba espinosa que cubría el terreno.
Después de un momento de charla noté que un vástago que se encontraba cerca, estaba fracturado por el sobrepeso que le ocasionaba el racimo de plátanos que tenía y le comenté a Don Fidel: ¡esos plátanos ya casi están listos para cortarse! él me respondió que sí, pero el sobrepeso de sus frutos era mucho por lo que algunos ya se estaban cayendo y el que estaba caído era muy pesado para ponerle una tranca que lo sostuviera. Le dije “haber que puedo hacer” y al poco rato después de haber batallado con el vástago, regresé triunfante y continué ayudándole en su trabajo, Don Fidel me dijo: “no hay nada como ser joven”.
Mientras continuó la plática me dijo que quería comprar un burrito para poder transportarse a la comunidad cercana cuando tuviera alguna necesidad, pero el que había visto era muy caro para él y no podía comprarlo, costaba dos mil pesos. También me contó que quería sembrar de nuevo frijol porque una vaca se comió el que tenía dejándole solo unas matas. La conversación estaba concluyendo cundo me pidió que le dijera a una persona de la otra comunidad, que viniera por unos plátanos que estaban maduros, yo le dije: “en cuanto se los va a vender”, él me respondió: “yo no los vendo, yo se los regalo a mis amigos porque Dios me los ha dado primero”. En ese momento callé, su pobreza generosa me dejó con el corazón inflamado de amor, nos dimos la bendición y me despedí.
...porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Don Fidel es el rostro generoso de Dios que ha aprendido a confiar totalmente en su Señor, es un hombre que, siendo pobre es rico y libre, puesto que vive en la lógica del Reino. No cabe duda que “los últimos serán los primeros” por eso la Divinidad se complace en su ofrenda. “Dios es y basta”.

lunes, 10 de junio de 2013

La Eucaristía de los pobres salva.



En aquella tarde fuimos al otro vecindario a visitar a la gente. Ya nos habían platicado de Octavio, una persona incapacitada de una pierna a causa de un tumor. Nos habían dicho también que era “hermano separado”; decidimos verlo ese día. Llegamos donde Octavio y su familia se hospedaban. De inmediato lo ubicamos -un joven papá quien se encontraba sentado sobre la cama comiendo jícama con la pierna derecha vendada y al lado de él una muleta recargada sobre la pared de lámina-. Estaba también su esposa quien nos había recibido con gentileza.

Al dirigirnos a Octavio lo notamos un tanto reservado, con la mirada difusa hacia el suelo. Nos presentamos como seminaristas y dijimos que veníamos a verlo. Entonces Octavio enderezó la mirada y nos comenzó a platicar; nos contaba cómo había sucedido lo de su pierna, en qué circunstancias había pasado todo eso, cómo había sido su vida antes de su enfermedad, etc. A medida que avanzábamos en la conversación, Octavio fue entrando en confianza de modo que en su rostro se dejaba notar un ánimo -ahora al releer el itinerario de su padecimiento- pues nos compartía cómo había pasado de renegar de esa su situación a asumirla con sabiduría y esperanza en este momento de su vida.

Rancho El Cortijo

Foto del apostolado en la ordeña, rancho El Cortijo
Nuestros compañeros Pancho y Gerardo comparten una imagen de su experiencia apostólica con el objetivo de convivir con los señores en sus labores y conocer más a la comunidad.

domingo, 19 de mayo de 2013

De Madrid al Cielo



San José María Rubio, fiesta 4 de Mayo

En el mes de mayo la Compañía de Jesús celebra a varios de sus santos. En esta ocasión quiero compartirles uno de ellos: José María Rubio, S.J. Un sacerdote que vivió en los inicios del siglo XX en la ciudad de Madrid donde ocurrían grandes movimientos y cambios. Un fiel pastor que supo poner todo cuanto era al servicio de la gente que le rodeaba, escuchó y dio respuestas a las necesidades que apremiaban en esa época. Con un carisma muy particular el P. Rubio sigue siendo de los preferidos en la feligresía de Madrid, tanto que el mismo Juan Pablo II en su Beatificación confirmó el título: “el apóstol de Madrid”.

sábado, 18 de mayo de 2013

La buena vida


Cuando voy a visitar a Celso siempre me llama a la atención sus peticiones. Ante la pregunta- oye Celso ¿qué le quieres pedir hoy a Dios? Me responde diciendo: “buena vida”. Esta respuesta me deja siempre pensando que es precisamente esa la petición de millones de hombres y mujeres en el mundo. Es la búsqueda de esa buena vida, de la vida querida, lo que los impulsa en el día a día. Quizá esto sea en resumidas cuentas lo que San Ignacio llama el principio y fundamento.

Hoy más que nunca la búsqueda que se hace egoísta e individualista nos lleva a conformarnos con los modelos de una “vida mejor”, vida que es impulsada por los medios de comunicación global. Esa que obliga a una mujer a prostituirse, al hombre a meterse en el mundo de las drogas y el narcotráfico y al niño a desear cosas que representen esa vida mejor.

viernes, 17 de mayo de 2013

El riesgo de la paz


¿Qué pasó?

¿Qué sucedió, Señor, en el orden de tu Creación?

Antes: cada partícula expresando Tu bendición,

Toda molécula celebrando Tu infinito Amor


Todo era una fiesta grande pujando hacia la vida

y fue tanto tu Amor encendido, aquel sexto día

que nos diste Amar como Tú: con Tu libertad misma

asumiendo el riesgo que tan alta gracia suponía.


jueves, 16 de mayo de 2013

Mi experiencia de Peregrinación en el corte de chile.



“No vayas a olvidar estos hechos que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón todos los días de tu vida”.

Hola, soy Jorge Enrique Alor Cruz, Novicio de Segundo Año. Quiero compartirles lo que viví durante dos meses y medio en mi experiencia de peregrino en el mundo campesino. Empiezo diciendo que es una tierra sagrada, en donde toda la persona se vuelca en cuerpo y alma, que es pesado y difícil, que la pobreza, el alimento, la familia, los hijos, hacen sacar de esta gente lo mejor de ellos mismos.

Lo primero en encontrarme fue a la gente que estaba trabajando en la limpia de la planta del chile (serrano y jalapeño), dándole duro para terminar la tarea, en donde el caporal Don Andrés (Tío Andrés) nos decía “si ustedes no terminan la tarea se les pagara de todos modos”, yo le dije “denos la tarea, haremos los diez surcos”, por dentro me decía “seremos buenos chambeadores”.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Soy Originario.



De la experiencia de peregrinación con comunidades indígenas de Tsajalchen, Chiapas, y de lo que sin palabras me fueron expresando en su cuerpo comunitario así como en su ser individual, en sus actitudes, luchas, dificultades y esperanzas, fui capturando rasgos que me impactaron mucho y que pude ir plasmando en frases que con el tiempo conformaron el siguiente texto. Son las palabras que no necesitaron decir pero que de esta manera pongo yo en su boca:

martes, 14 de mayo de 2013

“Todo es bueno, todo es Gracia de Dios”

Experiencia en el Hospital Civil de Guadalajara

Durante el tiempo que estuve en el Hospital civil de la Ciudad de Guadalajara, conocí a muchas personas, cada una de ellas me enseñó algo importante para la vida. Una de estas personas importantes fue Yolanda, es de Jalisco, está casada y tiene una niña que se parece mucho a ella. Yolanda es una mujer alegre y muy platicadora, tiene un tumor canceroso en un pulmón, además padecía de anemia; cuando la conocí ya había perdido mucho peso, pero no el ánimo.


Conocer a Yolanda me enseñó lo que decía San Ignacio: Todo es bueno, todo es Gracia de Dios. Yo creía entender esas palabras, ¡claro! todo es Gracia, lo bueno y lo malo de la vida, ¡si por su puesto!, pero fue hasta encontrarme con Yolanda cuando estas palabras de verdad entraron, no sólo a la cabeza, sino al corazón. Intentaré explicar el proceso para que esas palabras de Ignacio entraran al corazón: primero, la lógica del mundo le diría a Yolanda que ella, en ese estado crítico en el que se encontraba, debería estar triste, preocupada, incluso enojada con Dios. Mi sorpresa fue grande; ella gozaba de una felicidad difícil de explicar con palabras, pero fácil de percibir en su modo de ver la vida y de asumir el proceso de estar enferma y desmejorando… en paz.

lunes, 13 de mayo de 2013

PRINCIPIO Y FUNDAMENTO


Prepararme para el encuentro: A uno o dos pasos del lugar donde debo meditar, ponerme de pie, por el tiempo de un Padre Nuestro. El espíritu vuelto hacia lo alto, considerar cómo Dios nuestro Señor me mira… y hacer un acto de acatamiento y humildad.


Ponerme en presencia de Dios: Yo, con todo lo que soy, totalmente; con mis grandezas, mis límites, mis preocupaciones, como estoy en este momento: cansado, feliz, con el corazón pesado, con todo mi deseo de orar.


Oración Preparatoria: Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de su Divina Majestad.

Tejido en la fragilidad del Señor


Soy Elías Iván García Ríos, novicio de primer año. Hice EE.EE. (Ejercicios Espirituales) de mes del 6 de enero al 5 de febrero y después fui enviado junto con mis compañeros a realizar la experiencia de Hospitales de la cual les voy a compartir a grandes rasgos lo que viví. Josafat y yo fuimos enviados a un asilo de ancianos que está en la ciudad de Torreón, Coahuila. Llegamos el 9 de febrero por la mañana y regresamos al noviciado el 13 de marzo por la mañana.


El asilo en el que hicimos nuestra experiencia se llama Dr. Samuel Silva y es atendido por una congregación de religiosas llamadas “Hermanitas de los ancianitos desamparados”, fundadas en el año de 1873, ellas consagran su vida a ese servicio de frontera. El asilo atiende a una población arriba de 100 Abuelitos (como les llaman las religiosas) y está dividido en cuatro áreas, dos de hombres y dos de mujeres. Dos áreas son de enfermería una para mujeres y una para hombres. Los novicios dimos servicio en la enfermería de hombres, donde hay 19 Abuelitos y donde hicimos de todo, dando lo poco que teníamos y podíamos. Levantar, bañar, cambiar (ropa y pañales), vestir, tender camas, barrer, trapear, etc. fueron de las actividades que realizamos con el equipo de trabajo de la enfermaría (Sor Benita, Vero, Chuy, Jorge, Sergio y Doña Ely).